La Guerra Fría y sus dos principales actores, Estados Unidos y la Unión Soviética no fueron los causantes de los problemas que aquejaron a Chile, pero no se puede negar su alto grado de influencia. Por una parte Estados Unidos a través de la CIA canalizó alrededor de 7 millones de dólares para apoyar las fuerzas anticomunistas, mientras que la URSS significó para la izquierda chilena y especialmente para los comunistas, la fuente de inspiración.
El mejor ejemplo de este fenómeno, en 1970 ganó las elecciones la Unidad Popular, una coalición de izquierdas dirigida por el socialista Salvador Allende. Con un programa no muy radical, Allende se encontrará desde un principio atrapado entre sus aliados más revolucionarios (el izquierdista MIR, la facción más radical del Partido Socialista) y la reacción de unas clases medias y altas inquietas ante la posibilidad de una evolución "a la cubana".
El Departamento de Estado norteamericano mediante la intercesión de la CIA no dudó en apoyar la subversión antidemocrática: desde subvencionar la huelga de camioneros contra el gobierno en 1972 hasta, finalmente, apoyar el golpe de estado que finalmente protagonizará Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973 que generó el fallecimiento del expresidente Salvador Allende.
La represión posterior fue brutal. El senador norteamericano Edward kennedy.Utilizando datos confidenciales del Departamento de Estado, calculó entre 20.000 y 30.000 muertos en la represión militar que afecto a Chile.
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